En un entorno hiperconectado, en el que abundan datos y algoritmos parece que el futuro pasa por dejar de lado a los profesionales humanos y llega el momento en el que las máquinas podrían apoderarse de las acciones de marketing. Sin embargo, la mente de los consumidores es cada vez más importante y relevante. Son más quienes están recuperando las ideas del subsconsciente. Es decir, el neuromarketing. La capacidad de apelar a las sensaciones que tenemos de forma irracional y que nos afectan en nuestras decisiones racionales. Los olores, sonidos o colores cambian nuestra percepción de los lugares y nos atraen a un punto de venta.

Y esta capacidad de llegar al corazón del consumidor en el mundo del marketing es el Marketing Cognitivo.

Bienvenidos al Marketing Cognitivo

Todas estas acciones del marketing cognitivo son aquellas que se basan en cuestiones psicológicas.

En un momento en el que el Big-Data juega un papel fundamental en casi todos los campos, e-learning, marketing…, en ocasiones, surgen tendencias en las que es más importante dejar de lado los datos y la información y llega la hora de estudiar la mente humana y los impulsos para conectar mejor con los consumidores.

El papel del cerebro en el marketing

En este sentido, en TrendHunter resumen la importancia del marketing cognitivo. Puede abarcar desde los estudios de la respuesta facial del consumidor hasta aquellos que analizan el efecto de la música, siempre con un único objetivo: ayudar a las marcas a conectar con los consumidores.

De forma resumida, el cerebro humano funciona con cuestiones aprendidas. Es decir, algunos olores, sonidos o, definitivamente, percepciones, se asocian a algunas acciones y a sus deseos. Nadie quiere comerse algo que huele mal. El cerebro busca la supervivencia, así que nos alejamos de cualquier señal de peligro. Desde el punto de vista del marketing, podemos también diseñar acciones para alejar esas señales de peligro.

El café, principal ejemplo del marketing cognitivo

Desde Business2Community, resumen el éxito de muchas marcas de café es que se ha asociado a todo un ritual, dotándolo en ciertos valores. Cuando esperas en la cama esperando a despertarse, el consumidor se lanza a ciertos rituales y uno de ellos, es hacerse una taza de café. En ese punto, nos despertamos y olemos el café recién hecho, el cerebro percibe rápidamente ciertos valores. Por tanto, este olor nos provoca una calidez necesaria. Poco importa, si el café huele a cafeína.

 

Así, las marcas deben comprender el funcionamiento de los mapas cognitivos de los consumidores y tener en cuenta que no se trata de lanzar al mercado productos, si no lo que los consumidores perciben sobre estos.

Las compañías deben, por tanto, aplicar la ciencia para comprender las emociones y comprender qué mueve a los consumidores. Esta ciencia nos ayuda a descubrir esas cosas irracionales que facilitan el proceso de compra y para entender qué es lo que mueve a los compradores.

Nuestra mente juega con nosotros. La mente tiene diferentes trucos para crear una relación entre las experiencias y la respuesta que realiza. Esta relación se aplica con los productos y los diferentes elementos que la mente va aprendiendo para hacer ciertas cosas o, incluso, no hacerlas.

 

El contexto hace que los consumidores vean las cosas de un modo completamente distinto.