El engagement de los usuarios nos ayuda a mantenerlos activos en cada curso.
Cada vez son más los servicios online para realizar cualquier acción del día a día. Ya podemos consultar las noticias, comunicarnos y, por supuesto, formarnos.
Esta evolución por parte de los usuarios ha hecho que los alumnos de formación e-learning tengan mucho más interés y posean más habilidades a la hora de realizar cursos a distancia. Ante esta situación, el gran cambio viene de parte de las experiencias. Las experiencias que hagamos vivir a los alumnos pueden ser la piedra angular que marquen la diferencia.
Para ello, el engagement del alumno es una pieza fundamental. Queremos aumentar su motivación y lograr que aprenda más y mejor, pero ¿cómo hacerlo en un entorno tan hiperconectado?
- Un contenido atractivo. El primer paso es encontrar un contenido que sea atractivo para los alumnos. Para cualquier abogado la formación en los diferentes tipos de leyes puede ser muy atractiva. Es importante, por tanto, diseñar una formación a medida igualmente atractiva. Tan importante es el fondo, como la forma. Tenemos que hacer de cada curso una verdadera experiencia. Algo relevante para que el alumno se divierta y, lo que es más importante, facilitarle la asimilación del contenido.
- Despertar curiosidad. Aprender es complejo, aprender cosas nuevas es difícil, sobre todo al estar solos ante el peligro. Uno de los principales factores del engagement del alumno es diseñar una metodología formativa que genere curiosidad al alumno. Necesita apoyo para comenzar y un camino muy detallado para seguir y crear las expectativas de que va a encontrar en este camino. Hay que generar curiosidad entre los alumnos.
- Storytelling en un curso. Ya hemos comentado en este blog la importancia del Storytelling en el mundo de la formación. Contar una historia siempre reduce la resiliencia de los alumnos hacia los cursos a distancia. Disminuyen la sensación de esfuerzo y, además, permiten facilitar la comprensión de algunos elementos aparentemente más complicados. Ha llegado un gran momento para desarrollar nuestra creatividad.
- Un protagonista: el alumno. Si nuestro curso va a ser una historia, nuestro protagonista será el alumno. Debemos plantearle una comunicación en segunda persona, para hacer que se sienta que forma parte de la formación. Podrá reflexionar sobre los puntos clave, plantearle casos reales y, por supuesto, simular situaciones de su actividad diaria. Esto le van a ayudar a comprometerse con la formación.
- Las palabras tienen un gran poder. Si es importante contar algo, contárselo de la forma más correcta es tan importante o más. La forma de contar nuestra historia es básica para crear un entorno al que al usuario le apetezca volver. Utilizando un lenguaje cercano y positivo podemos llegar a un mayor engagement de los usuarios. Convertir los feedbacks negativos en positivos es la herramienta más motivadora que podemos encontrar. Apoyándose en esto, el usuario estará mucho más animado para continuar participando en una experiencia que está totalmente diseñada para ellos.
En cualquier caso, desarrollar un contenido pedagógico de alto impacto. Queremos que la formación sea un gran éxito, debemos crear una experiencia única podremos lograr mejorar el engagement de los usuarios. Un curso de formación e-learning es un momento único para desafiar la inteligencia de los usuarios. Retarles y jugar con ellos puede ser nuestro ingrediente principal.
Sin embargo, tal vez uno de los principales problemas del e-learning más tradicional es la falta de formas de medir el engagement de los alumnos. El engagement se define como el compromiso entre el alumno y el curso. Por tanto, es bastante complejo poder medir si el usuario se ha comprometido con el curso. Podemos saber si ha seguido todas las pantallas, si ha comprendido el contenido, pero controlar el compromiso como tal parece bastante complejo.
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