La gamificación está convirtiéndose en un concepto tan amplio que, a veces, incluso ha empezado a estar denostado. Abarca tantas disciplinas y tantas opciones que es difícil para mucha gente comprenderlo correctamente.

El término empezó a utilizarse por Sebastian Deterding que lo definió:

El uso de las mecánicas de juego en entornos ajenos al juego.

La gamificación está convirtiéndose en una gran oportunidad para trabajar aspectos muy importantes a nivel personal: la motivación, el esfuerzo, la fidelización y la cooperación entre los participantes.

En este sentido, existen diferentes tipos de jugadores a la hora de tener en cuenta cómo se van a comportar dentro del juego para poder elaborar las dinámicas y componentes fundamentales.

Los jugadores triunfadores

Hay jugadores que solo están centrados en ganar. Su principal objetivo es la consecución de objetivos y retos. Para ellos, la esencia del juego es lograr conseguir superar todos esos retos. No tiene porque estar centrado en vencer a todo el mundo. Lo que quiere es acabarlo y ser un triunfador.

Los jugadores sociales

Existe otro tipo de jugador que está centrado únicamente en interactuar. Para ellos, la experiencia se basa en la socialización con el resto de compañeros. Quieren conectar y llegar al resto de participantes, ya sean amigos o compañeros de trabajo, como totales desconocidos. Quiere poder ir avanzando en el curso y compartirlo con sus amigos, buscar soluciones y resultados entre todos, porque para él el aprendizaje es eso, es algo social.

Los jugadores exploradores

Otro participante suele buscar, descubrir y sorprenderse con todo aquello que no conoce. Es un tipo de jugador que le gustan las sorpresas y los retos nuevos. Suelen encontrar esos detalles que el resto de jugadores pasarán por alto, pero que los creadores y diseñadores del contenido lo han hecho con tanto cariño. Así que tenemos que ofrecerle una experiencia centrada en satisfacer sus ganas de más.

Los jugadores competidores

La finalidad de los más competidores es demostrar su superioridad. Quieren ganar, quieren ser el mejor, el primero, el que tiene más logros…, pero, sobre todo, quieren que todo el mundo se entere de sus avances. Su experiencia debe estar centrada en conseguir avanzar en el curso, pero poder compartirlo con todo el mundo, para que todos sepan que ha logrado alcanzar todos los objetivos.