La información es poder. Sobre todo, esos datos que podemos extraer de esa información. El Learning Analytics es la forma en la que explotamos el Big Data para la formación.

Se centra en el análisis de la aprendizaje, un nuevo campo de conocimiento muy relevante a la hora de tener en cuenta el enfoque tecnológico que genera una serie de datos.

Big Data y elearning analytics

Una de las primeras personas que empezó a referirse a este concepto fue George Siemens. A través del artículo Conectivismo,  una teoría de la enseñanza para la era digital, lo define como:

El análisis del aprendizaje es el uso de datos inteligentes, datos producidos por el aprendiz y modelos de análisis para descubrir información y conexiones sociales y predecir y asesorar sobre el aprendizaje.

El análisis de la aprendizaje se entremezcla con otros conceptos también muy importantes, líneas de investigación similares con información muy potente. Machine Learning, Business Intelligence o los análisis de redes sociales son solo algunos ejemplos de las herramientas analíticas que nos permiten hacer visible para los usuarios la información que albergan las bases de datos educativas.

Los datos al servicio del aprendizaje

En cada una de las plataformas de formación a distancia, se recogen una enorme cantidad de información sobre los usuarios. No solo almacenan datos de los perfiles de usuario o las interacciones con el curso, sino también la forma en la que interactúan entre ellos, los tiempos necesarios de aprendizaje, los temas más interesantes…

Si sabemos utilizar correctamente todos estos datos, mejoraremos el aprendizaje a través de cuatro protagonistas fundamentales de la formación: los administradores, los tutores o expertos, los dinamizadores y, en el centro de todos, los alumnos.

Y es que a todos la información les aporta valor y ayuda a mejorar. Por un lado, los administradores y dinamizadores pueden aprovechar los datos del Learning Analytics para tener un punto de vista estratégico de cómo deben enfocar la formación. Les permite saber cuáles son los temas más demandados y también los que a los alumnos les cuesta más aprender.

Por otro lado, los tutores y alumnos pueden trabajar más en detalle de la formación. Es decir, más allá de tener un punto de vista general de la formación de todo el grupo, a través del análisis de los datos pueden saber que contenido es más complejo para que alumno en concreto. Así pueden adaptarse y diseñarse planes de formación en tiempo real. De manera que el aprendizaje sea mucho más efectivo.

Además, el alumno puede conocer cuál es son los recursos más utilizados, buscar contenido por su perfil o conocer de antemano a la dificultad de un contenido, gracias al cotejamiento de resultados de su formación anterior. También puede ser una solución muy interesante para los planes de carrera hoy tiene varios formativos. Es una forma de que el alumno reciba recomendaciones de función de sus intereses. Así, la formación nunca se acaba y siempre pueden acceder a contenidos atractivos.

En resumen, la formación online nos aporta más información que un simple aprobado o suspenso. El análisis de estos datos, nos permite también conocer la motivación del alumno, una pieza fundamental para mejorar el engagement de nuestro próximo curso online. También nos permite medir el esfuerzo, que es una métrica muy importante. Y, lo más importante de todo, con toda esta información podemos personalizar la formación del alumno en función de su motivación, intereses, el esfuerzo… llegando incluso a predecir su rendimiento.

El Big Data es uno de los grandes factores diferenciales de la Transformación Digital y abre todo el mundo de posibilidades a todos aquellos que queremos que la formación online dé un paso más allá, que ayude aún más a los alumnos a aprender todo lo que quieran y que les mantenga motivados para seguir aprendiendo.