La Gamificación es la nueva estrategia para mejorar la formación online creando nuevos escenarios e implementando nuevas herramientas para llevar el aprendizaje a otro nivel.

En este sentido, estamos ante un entorno bastante novedoso, aunque ya es una estrategia que lleva implementándose unos años con mayor o menor éxito. Este camino ya recorrido nos permite conocer de una forma más clara cuales han sido algunos errores de otros proyectos formativos desarrollados mediante gamificación.

Los principales errores de la gamificación

Si hablamos de los errores más comunes, el primero es la definición de gamificación. De entrada, la gamificación no es la creación de juegos, sino la integración de mecánicas y dinámicas procedentes de los juegos y/o los videojuegos en entornos no lúdicos, con el objetivo de influir y motivar al usuario para que actúe de una determinada manera.

1. Creer que cualquier contenido es gamificable

“¿Se puede personalizar todo el contenido para que funcione en proyectos de Gamificación?”, suele ser una de las preguntas más recurrentes de nuestros clientes y se sorprenden cuando les decimos que lo cierto es que no. Hay contenidos que no pueden ser aprendidos mediante preguntas-respuestas o con algún otro tipo de juegos. Debemos buscar el sistema más adecuado para que los usuarios aprendan el contenido de la forma más correcta.

2. Centrarse solo en los resultados

Los resultados son muy importantes en la Gamificación, pero no deben ser la única forma de medir el éxito de estos proyectos. Con lo cual, emborracharse con los datos sin entrar en el detalle puede dar una visión muy sesgada de la realidad. Así, debemos empezar a dejar de lado un enfoque más competitivo y centrarnos más en el aprendizaje

3. Pretender copiar otros sistemas

Cada objetivo es diferente, cada proyecto es diferente y cada juego debe ser diferente. Es importante que un proyecto de Gamificación aporte opciones distintas a los usuarios, pero no es necesario que todos los proyectos de Gamificación sean iguales. Por ejemplo, no es necesaria una barra de progreso, la implementación de Badges o cualquier otra cosa que hayamos visto en otros juegos. De manera que debemos inspirarnos, pero siempre teniendo claro nuestro objetivo, porque no todas las mecánicas sirven para todos los planteamientos.

4. No saber identificar los tipos de usuarios

Está demostrado que el 80% de los jugadores no llega a avanzar más del 20% de los retos planteados en un juego. Existen diferentes tipos de jugadores. Es decir, existen jugones, pero también hay gente que no se siente cómoda fácilmente con este tipo de acciones y necesita poco a poco un espacio que vaya acompañándole. La pasión de aprender y de descubrir cosas nuevas es la clave para cualquier proyecto de gamificación que se quiera implementar. Eso es aprender: buscar y seguir buscando.

5. Las mecánicas entretenidas garantizan el éxito

Esto es fundamental para comprender cómo funciona la gamificación y como los juegos nos ayudan a comunicar o aprender lo que queramos. Integrar mecánicas de juego es clave, pero debemos conseguir que el usuario se sienta motivado y cómodo para lograr que realice las tareas diseñadas. Estas mecánicas deben ir evolucionando y que el usuario no se aburra y abandone.

La gamificación es un arma muy potente, pero hay que saber exprimirla con coherencia, según nuestras necesidades y nuestros objetivos. Somos jugones y nos gusta pasárnoslo bien, pero no vale todo cuando hablamos de gamificación.